Se piensa que sólo las mujeres menopáuticas mayores de 50 años sufren de incontinencia urinaria, pero si bien es cierto que los casos aumentan a partir de esta edad, es importante observar que el 40% de las mujeres que superan los 35 ya la sufren.
La incontinencia urinaria se define como un trastorno que se caracteriza por escapes de orina de manera involuntaria en cantidad suficiente como para producir problemas a quien lo padece, ya que afecta a su calidad de vida y es que la incontinencia, aunque no se considera una dolencia grave, sí resulta molesta, incómoda e incluso produce cierta vergüenza a quien la sufre.
Es necesario saber que existen personas que corren más riesgo de sufrirlas que otras. Por ello, resulta conveniente conocer los diferentes tipos de incontinencias urinarias que existen y cuál es “nuestro” riesgo de padecerla:
Diferentes tipos de incontinencia urinaria
Incontinencia de urgencia o la vejiga hiperactiva. Ocurre cuando de repente necesitamos orinar con mucha urgencia y, la mayoría de las veces, somos incapaces de llegar al baño porque la orina se escapa antes.
Incontinencia de esfuerzo o de estrés. Es la más frecuente en las mujeres durante la menopausia. Se producen pérdidas más o menos pequeñas al realizar actividades como caminar, correr o practicar cualquier tipo de actividad física. También ocurre al toser, estornudar o simplemente reír.
Incontinencia por rebosamiento. La vejiga está siempre llena, nunca se vacía completamente, por lo que se puede perder orina en cualquiermomento y sin percatarnos de ello.
Descubre si tienes más riesgo de padecerla
Si se tiene pequeñas pérdidas de orina… Muchas mujeres tienen pequeñas pérdidas de orina y no se preocupan por ello. Sin embargo, es necesario consultar con el médico porque puede que se esté iniciando el desarrollo de una incontinencia urinaria y lo que se está haciendo es retrasar el diagnóstico y, por esa razón, la recuperación será más complicada, ya que la musculatura del suelo pélvico se va atronando cada vez más y la dolencia se agrava.
Si has tenido hijos… Los embarazos afectan especialmente la zona pélvica, que tiene que soportar un peso excesivo durante un tiempo. Lo mismo ocurre con los partos, que castigan esta parte del cuerpo. Por elli, entre más hijos se ha tenido; el riesgo aumenta…
Si se tiene sobrepeso… Lógicamente el sobrepeso es perjudicial: los kilos de más hacen que aumente la presión en los músculos pélvicos que sostienen la vejiga y la uretra, lo que incrementa las probabilidades de sufrir pérdidas de orina. La pesadez en el área genital o el haber sufrido una cirugía en la zona pélvica también favorecen la incontinencia.
Si se tiene el azúcar alto… La diabetes es una de las causas que pueden dar lugar a incontinencia urinaria, pero hay otras muchas más como infecciones, debilidad de los músculos abdominales, uso continuado de determinados medicamentos, enfermedades neurológicas, lesiones cerebrales y medulares, parkinson, alzheimer…
Si se come alimentos irritantes… El picante, los cítricos, las bebidas con gas, las bebidas excitantes como algunos refrescos, el té o el café, el chocolate, el alcohol… tienen sustancias que irritan la vejiga, lo que aumenta la frecuencia urinaria y produce urgencia para orinar. Eliminarlos o reducirlos en tu alimentación mejora los síntomas.
Si se fuma… Fumar puede ser el principio de la incontinencia. El fumador crónico tiene tos habitual que puede dañar el esfínter urinario y derivar en incontinencia. Por si fuera poco, los componentes del tabaco irritan la vejiga.
Si se aguanta o se retiene por mucho tiempo la orina… Aguantarse las ganas produce distensión de la vejiga y pérdida de tono muscular y elasticidad con la edad, así que no acostumbres a demorar las micciones. Por el contrario, si vacías la vejiga con mucha frecuencia, esta se vuelve “perezosa” y en un futuro no será capaz de retener cantidades normales de líquido, por lo que las ganas de orinar serán cada vez más frecuentes.
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Es importante saber que se puede reducir el riesgo de padecer la incontinencia urinaria. ¿Cómo? Manteniéndote en el peso adecuado, evitando el estreñimiento, no forzando la vejiga y “educándola” para orinar a determinadas horas varias veces al día, evitando tomar líquidos las horas previas a acostarnos…
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